El mundo es un lugar hermoso y Anita lo sabe.
Pero también sabe que tiene cosas feas.
Y como los grandes se la pasan pensando en cómo mejorarlo pero al final nunca terminan por hacer demasiado, Anita junto a su amiga Almu deciden ponerse a trabajar.
Así que arman un cartelito que dice "Oficina para cambiar el mundo", ¡y empiezan!
Una historia sensible que nos recuerda que transformar el mundo está a nuestro alcance, comenzando desde las pequeñas cosas.